MI CRÓNICA DE SANT JORDI (I): LA MAÑANA

Bienvenidos y bienvenidas a mi blog, al que doy el pistoletazo de salida con esta entrada sobre un día que es para mí muy especial, el día de Sant Jordi.

Este año, a diferencia de la mayoría, pude tomarme vacaciones y ya desde el lunes empecé a configurar una abarrotada agenda, a todas vistas irrealizable, para intentar pasarme por aquellos puntos donde hubiera librerías, editoriales, libros o autores que me llamaban la atención. Tras los descartes que conlleva el ser un ente indivisible que no puede estar en dos lugares a la vez, me quedó una ruta factible y con ella arranqué el miércoles a las 10:30 de la mañana.

Mi primera parada fue en la Plaza de la Vila de Gràcia, donde varias de las librerías que conforman la Associació de Llibreters de Gràcia estaba acabando de montar sus mesas, cual barricadas que protegían la torre del campanario que se erige en mitad de la plaza. Era primera hora y todavía se veían pilas de libros dispersos por colocar y organizar. Pere Fernández de Pequod, con una sonrisa en los labios, nos reprendía a los primeros visitantes matutinos por hacer fotos a esa mesa todavía por arreglar. Me di una vuelta rápida, curioseé un poco y seguí mi camino. Aquí tenía pensado volver más tarde cuando firmaran Jenn Diaz y David Casado Aguilera.

Saliendo de la plaza, me paré a curiosear en la parada de Productes de la Terra, enfrente de su tienda y una chica me alargó una pequeña octavilla. La chica resultó ser la autora del libro que se presentaba en la octavilla, Eliana Oliveira de Freitas i "Ajudeu-me. El crit d'una llengua que vol seguir viva" respectivamente. Me llamó la atención la sinopsis porque el libro trata sobre los problemas que encontró su autora brasileña cuando llegó a Catalunya para hablar el catalán y su libro es una defensa por la supervivencia de la lengua. Allí realicé mi primera compra no programada con este libro y su simpática autora que me lo firmó encantada. Como me pilló de sorpresa no hice ninguna foto.

Mi siguiente parada significaba meterme de lleno en uno de los meollos de Sant Jordi, Rambla Catalunya. A pesar de ser consciente de esta circunstancia, me la encontré más abarrotada de lo que preveía. Mientras desfilaba calle abajo, como parte de aquella oruga humana que se detenía o avanzaba al son de de las paradas que se sucedían a derecha e izquierda, pude atisbar a un par de personajes famosos pero no alcancé a atisbar mi destino, la parada de Underbrain Books. Así que me pasé de largo y tuve que deshacer parte del camino.

Sobre las 11:45, con un sol que empezaba a a pedir quitarse la chaqueta, vi primero la barba de Hugo Camacho antes de reparar en el cartel superior de Underbrain Books. Estuvimos hablando unos diez minutos, tanto con él como con otro autor de "Ilustrofobia" que le acompañaba, Rubén Guallar y ambos me firmaron el ejemplar que compré.

Llegué a la parada de la librería LAIE delante de La Pedrera, en un Passeig de Gràcia mucho menos concurrido que Rambla Catalunya, y tardé menos de lo previsto en comprar "Por mis muertos" de Flavia Company. Tras la compra me situé en la esquina superior de la larga parada, donde los libros apilados y las etiquetas con los nombres indicaban que eran las firmas. Los demás autores iban llegando, se iban saludando y tomaban asiento pero yo seguía a la espera. Mientras esperaba entablé conversación con la autora que se sentaba al lado del espacio reservado para Flavia Company, Mercedes Abad. No la conocía y me llamó la atención que su libro también estuviera editado por Páginas de Espuma así que le pregunté si era también de relatos. Me estuvo contando que eran distintos relatos enlazados por el hecho que compartían protagonista, "la niña gorda" que daba título al libro, que ella era profesora en el Ateneu Barcelonès y también  hablamos acerca de otras autoras que yo había leído recientemente en Páginas de Espuma: Clara Obligado y Lola López Mondéjar. Como Mercedes no tenía cola todavía y Flavia estaba por llegar, decidí aprovechar y comprar su libro, que me firmó amablemente indicando que era su primera firma del día. Ahora, escribiendo esta crónica, acabo de darme cuenta que Mercedes Abad forma parte de los autores recopilados por Cátedra en la antología "Cuento Español Actual" que tengo a medio leer.

Apenas había terminado de firmarme Mercedes cuando llegó Flavia que, disculpándose por el retraso (mal día para desplazarse por Barcelona el día de Sant Jordi), se sentó y me firmó mi ejemplar de su libro.

Como hacía un día estupendo, me fui andando tranquilamente hacia Plaza Tetuán donde Rafael González firmaba la antología steampunk "Ácronos 2". Esta antología me produce un sabor agridulce: agrio, porque me presenté al concurso pero no conseguí colarme en ella aunque fue una experiencia muy enriquecedora plantearme y llevar a cabo la escritura de un relato steampunk, una temática que me llamaba desde hacía algún tiempo pero en la que todavía no había escrito nada; dulce, porque sí se coló en ella una amiga, Gloria T Dauden y era una ocasión para reencontrarme con el autor que firmaba, Rafael González, al que pude conocer hace casi dos años, en la presentación en Pedrezuela del "Libro de los Monstruos" de la Escuela de Fantasía. En aquella ocasión yo había sido jurado del certamen externo, a través del cual fue seleccionado Rafael, y tuve el honor de formar parte de la mesa de presentación.  

La firma del libro era en la tienda de Generación X de Barcelona. Había estado en una de sus tiendas en Madrid, en la calle Puebla, pero desconocía que tuvieran tienda en Barcelona hasta este Sant Jordi. Allí pasé un rato distendido charlando con Rafael y con el chico de la tienda (lo siento, no te pregunté el nombre) sobre firmas, libros y concursos y nos hicimos algunas fotos (incluso salgo yo en una). Me llevo de allí el deseo de Rafael de que en una próxima ocasión compartamos de nuevo antología, gracias compañero, a ver si consigo hacer suficientes méritos.

Realizando esta crónica he descubierto que desde ayer, viernes 25, ya existe una convocatoria para "Ácronos 3", aunque en esta ocasión solo hay tres plazas por concurso. Será complicado pero... ¿por qué, no?