Regresa RelAt(Ad)os a mi blog después de una semana y media de camino, si no quieres perderte antes de leer este capítulo visita los anteriores en este relato a tres bandas que estamos componiendo entre Vicente F. Hurtado, Hugo Camacho y yo mismo.
Espero que os guste y lo disfrutéis tanto o más de lo que nosotros estamos disfrutando con ello :) Y si queréis comentarlo tanto en los propios blogs como con el hastag #RelAtAdos01 en Twitter os esperamos encantados.
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CAPÍTULO VI
Pasaron los días, los años, las
generaciones. Los tataranietos de los supervivientes del cataclismo ya habían
olvidado siquiera que había existido tal desastre natural.
Eva se acomodó en la Atlántida y
se olvidó de que había un mundo renacido al que seguir predicando valores y
conocimientos. Tenía suficiente, y más que eso, con su pacífica y avanzada
sociedad atlante y con su fogoso marido Evenor. Caín hizo todo lo contrario. Anduvo el mundo, encontró
—en un medio de comunicación primitivo que ayudó a desarrollar cerca del
Eufrates, la escritura— el modo de burlar la maldición de Dios y poder propagar
sus conocimientos. Sembró, con odio, enseñanzas e ideas en las antípodas de lo
que había pretendido su padre muchos años atrás.
Caín sumió al mundo en la
oscuridad. Los pueblos a los que él trajo prosperidad, conocimiento militar y
barbarie, fueron poco a poco conquistando y erradicando a los pueblos elegidos
originalmente por Dios para escuchar su palabra y recibir sus dones más
valiosos. Gran parte de esos dones se perdieron para siempre en incendios y
matanzas. Nadie podía detenerlo. Rio durante días cuando, de regreso a aquella
tierra que les había acogido, allí donde sus hermanos habían sido sepultados,
contempló en que se había transformado el pequeño brote plantado antes de irse:
hombres crueles realizando sacrificios rituales para dioses vengativos y
caprichosos que no eran sino el reflejo de él mismo.
En ese reflejo, sin embargo,
encontró el hondo disgusto de la insatisfacción. Pequeños mortales estúpidos
emulaban aquello que él no había sido capaz de llevar a cabo. Aquellas vírgenes
sacrificadas no eran sino encarnaciones de la Eva primigenia al lado del lago
en que debió morir. Su misión no estaba completa.
Caín alzó los ojos entre la espesura, más allá de los cóndores vigilantes, más allá del rumor del océano, más allá de la débil línea azulada que desdibujaba cielo y mar, en alguna parte Eva sonreía. Todavía.
Estáis reescribiendo la Biblia. Esto lo leen dentro de 300 años y os dedican oraciones y os ponen en las iglesias. Entre esto y los pósters de las quinceañeras ya verás, ya verás...
ResponderEliminarLo que harán será quemarnos (a chupitos de orujo) como herejes.
EliminarSí, Lorenzo, creo que no estamos haciendo más que lo mismo que hicieron otros antes. Ha llegado la hora de meter a Pikachu en la narración.
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